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¿Qué es la Astrología?

La astrología es el arte de interpretar la configuración y ubicación relativa de los astros y sus constelaciones, con fines adivinatorios, psicológicos o simplemente como una forma de hallar patrones útiles dentro de la realidad. El término proviene del griego astrón, “estrella”, y lógos, “discurso”.

Se trata de una práctica milenaria compartida por muchas civilizaciones distintas, como la china, la hindú o la occidental. No debe confundirse con la astronomía, la disciplina científica que estudia los cuerpos celestes.

La astrología parte de la suposición de que existe una correlación entre la configuración de las estrellas del firmamento, y los eventos que tienen lugar en la Tierra.

En consecuencia, estudiando dicha configuración pueden determinarse eventos futuros o puede establecerse una clasificación de las personalidades humanas, estableciendo así lo que conocemos como el horóscopo: predicciones y consejos ofrecidos a las personas según su signo astrológico.

Para establecer sus principios y conclusiones, la astrología recurre a diferentes tradiciones simbólicas y antropológicas, como la numerología, el lenguaje alquímico, el tarot y distintas mitologías, especialmente las que se vinculan con el zodíaco, es decir, con los signos que la tradición asocia a cada constelación reconocida en el firmamento.

Así es como a cada signo zodiacal le corresponde una serie de datos y sentidos: un planeta regente, un elemento asociado, un número preferido, una tendencia de personalidad, etcétera.

¿Es la astrología una ciencia?

La astrología no es una ciencia. A lo sumo, puede ser considerada como una pseudociencia: una disciplina que establece sus propias reglas de juego y que arroja conclusiones inverificables, irreproducibles e infalsables, de modo que escapa a las condiciones mínimas que impone el método científico. De hecho, no utiliza el método científico en absoluto, sino que acude a diferentes tradiciones culturales para ensamblar un discurso propio coherente.

De hecho, la astrología ha sido fuertemente cuestionada por la ciencia en numerosas ocasiones, y es objeto de estudio científico por parte de historia de la cultura y las ciencias de la religión, es decir, que se la estudia académicamente como un producto cultural de la humanidad. Es decir, la astrología puede servir de objeto de estudio para las ciencias, pero no constituye una ciencia en sí misma.

Origen de la astrología

La astrología tiene varios orígenes, ya que el interés por hallar sentidos entre los astros del firmamento nocturno ha acompañado a la humanidad desde sus civilizaciones más antiguas, como la china, la india, la maya o la mesopotámica. Hay evidencia de intentos astrológicos que datan de hace 25.000 años.

Sin embargo, la tradición astrológica occidental comenzó en Babilonia y el Antiguo Egipto, alrededor de 2.000 años a. C., vinculado con la religión y con la toma de decisiones de los reyes. Por ejemplo, en una serie de rollos llamados los Textos de los Tiempos del Antiguo Testamento, se cuenta que Gudea, gobernante de la ciudad de Lagash, recibió de los dioses la explicación respecto a qué constelación convenía mejor para edificar su nuevo templo.

Sin embargo, la tradición astrológica más importante para Occidente fue la griega, fruto de la conquista de Egipto y del Asia menor por Alejandro Magno en el 322 a. C. Fue justamente en la ciudad de Alejandría, fundada en esa época, donde convergieron la tradición astrológica babilónica y la egipcia, dando origen a la tradición horoscópica.

En ese entonces se conocían dos formas de astrología: la que empleaba el horóscopo con fines adivinatorios, y la teúrgica, que se centraba en el supuesto ascenso del alma a las estrellas.

La astrología se transmitió a la Antigua Roma tras la conquista de Grecia por los romanos. De hecho, el emperador Tiberio (42 a. C.-37 d. C.) fue el primero en contar con un astrólogo en su corte, como consejero. Ya en ese entonces tuvieron también lugar los primeros cuestionamientos a la astrología, por parte de filósofos y juristas que veían como absurda la conexión entre la política y los astros.

Astrología y astronomía

Aunque tengan nombres similares, no debemos confundir la astronomía con la astrología. La astronomía es una ciencia, que aplica el método científico a la observación y comprensión del universo exterior a nuestro planeta, es decir, de la bóveda celeste, sus estrellas, planetas y objetos siderales.

Esta ciencia emplea telescopios y otros instrumentos para obtener conclusiones comprobables a partir de la luz de las estrellas y de las demás formas de energía provenientes del espacio exterior.

En cambio, la astronomía vincula tradiciones culturales y simbólicas para aventurarse a conclusiones, a partir de una mirada holística de la bóveda celeste, es decir, sin aplicar mediciones de ningún tipo, excepto cálculos geométricos y otras formas de relacionar los astros cuya interpretación luego dependerá de una mirada mística, espiritual o incluso religiosa.

En conclusión: si queremos consultar nuestro horóscopo, nos interesa la astrología; pero si queremos averiguar si hay hielo en Neptuno, o cuándo va a haber una lluvia de estrellas fugaces, nos interesa en realidad la astronomía.

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